Doña Luz Eridania Marmolejos, de 64 años de edad, ha visto como una generación de mujeres y hombres ha crecido en lo familiar, económico y formativo alrededor de la Cooperativa de Producción, Trabajo y Servicios Eléctricos de Villa María (COOPSEVIMA), una de las 27 entidades a las que el Consejo Unificado de las Distribuidoras de Electricidad (CUED) desea eliminar del mercado luego de más de 10 años de brindar servicios técnicos de corte y reconexión a las Empresas Distribuidoras del Este (EDEESTE) en ese sector del Distrito Nacional.
La señora Eridania al igual que cientos de mujeres, en total, más de 1,475 familias, no pretenden quedarse de brazos cruzados mirando como su esfuerzo de una década es tirado por el suelo por intereses políticos que nada tienen que ver con el acuerdo supra nacional de colaboración firmado por el estado dominicano y la Unión Europea mediante el cual surgió el proyecto de conformación de cooperativas eléctricas para la gestión en los barrios carenciados que han servido para la formación de 712 jóvenes en capacidades técnicas de linieros electricistas de media y baja tensión.
El trabajo que la dama defiende va de la mano con la reducción de apagones y el progreso económico y comercial de los sectores que hoy están en crisis profunda por la larga tanda de apagones.
“Tengo 64 años de edad, he procreado dos hijos y tengo tres nietos. En estos 12 años de lucha de las cooperativas eléctricas hemos logrado cambios significativos, los cuales no queremos que todo vuelva atrás”, expresa la también presidenta del Consejo de Administración de COOPSEVIMA, institución que ha impactado de manera positiva a los jóvenes del barrio y al barrio con una mejora de un 90 % de luz.
La señora Nidia Rosario, de 50 años, es una mujer de fuertes convicciones que trabaja como gerente en la Cooperativa de Servicios Eléctricos Los Mina (COOPSEMINA) desde hace 8 años. Ella dice que a través de la cooperativa ha podido ser una persona resiliente, empática, con sentido común que día aporta al crecimiento de la comunidad y de los colaboradores.
“En COOPSEMINA he vivido momentos maravillosos con los niños de la comunidad, con las juntas de vecinos. Hemos podido escuchar su reclamo y colaborar con ayuda a sus solicitudes”, narra Nidia.
Las cooperativas eléctricas no solo ofrecen servicios de corte y reconexión, también estas entidades llevan operativos y charlas de salud, de crianza positiva, manejo de conflictos, entre otras
“Desde el 2011 entregué mi vida a este proyecto. Mi emoción era ayudar a mi país y con ellos a los jóvenes de nuestro sector a conseguirle trabajo, porque ellos sabían del problema, más el aprendizaje que recibieron para ser técnicos, en esos años me he entregado con todo a la cooperativa como una madre se entrega a levantar a sus hijos pequeños hasta convertirlo en adulto y adultos meritorio, llevándolo a una mejor vida”, comenta emocionada la señora Altagracia Arelis Sánchez, de 68 años y gerente de la cooperativa del barrio Villas Agrícolas (COOPSEVA).
Michel Carolina Carela, de 41 años de edad, se desempeña como Gerente de Operaciones de COOPSEVA y se inició como secretaria. Como madre soltera logró graduarse de la universidad y hoy impulsa a su hija de 18 años, que sigue sus pasos como estudiante universitaria, siempre abrazando el deseo de ser un ejemplo para la sociedad.
La contable Elka Mordan, con 13 años en el sector cooperativo, labora para COOPSEVIMA. “El cambio ha sido increíble. Yo soy testigo de casos que se han dado en barrio entre las contratas y los habitantes de algunos sectores en los que directivos de las cooperativas han tenido que intervenir para evitar agresión a los técnicos de dichas contratas. También hemos aportado al aumento de la cobranza y a mejorar el servicio”, detalla en su experiencia.
Fior Troncoso con 47 años de edad es Gerente de Gestión Humana desde hacen 11 años en la Cooperativa Producción, Trabajo y Servicios Eléctricos de Katanga y Vietnam (COOPKAVI), barrio Los Mina Ella dice que a través de este trabajo puede llevar el sustento a su familia y ayudar a empleados, socios y jóvenes del sector a tener una mejor calidad de vida, motivándole a estudiar y a emprender una carrera.
El drama que viven las familias amenazadas con la eliminación de estas cooperativas ha sido denunciado en distintos medios de comunicación. Hasta el momento el estrangulamiento por la falta de pagos de 7 importantes facturas de servicios realizado y no pagado oscilan unos 40 millones de pesos.
Las Cooperativas Eléctricas seguirán su lucha en busca de amparo de las autoridades.