La inolvidable profesora Tica, un tesoro de Don Juan

Por: Redacción Digital

Por Luciano Alcántara (Efrén)

Desde los inicios de la civilización, hace aproximadamente 10 mil años, han surgido los visionarios, los iluminados, que con solo el curso normal de la naturaleza fueron capaces de crear la base para la ciencia, la filosofía… incluso para el orden de las iglesias primitivas con todas las complejidades que existían.

Eso visionarios crearon también las bases para la asociación de la civilización primogénita, y siglos más tarde, eso adelantados fueron los que dieron origen a las cuatro grandes iglesias monoteístas que hoy ocupan dos terceras partes de la humanidad con el surgimiento de los grandes profetas y fueron esos visionarios con su inteligencia natural, a lo mejor accidental, idearon filosofías vigentes al día de hoy.

Un ejemplo de ello es el cristianismo, y por qué no decirlo, el islamismo; con el cual, a lo mejor, no conocemos o no estemos de acuerdo, pero es una realidad en el mundo.

Hago mención de los visionarios, por una mujer de nuestro pueblo Don Juan que fue una visionaria. Desde su niñez fue apasionada y amante de la naturaleza, en su etapa de jovencita ella y sus hermanas recorrían los arroyos y cañadas recolectando orquídeas silvestres en una época que Don Juan tenía una gran floresta, con ríos y cañadas con gran caudal de agua.

El arroyo de la comundad de Manga que cruzaba próximo a su casa, ahí en ese arroyo nos bañábamos niños y adultos en un agua prístina, cristalina libre de toda contaminación, posiblemente ella, esa jovencita dedicaba parte de su tiempo a observar la naturaleza, su pasión, el cuidado de las flores que había en el patio de su casa, y así como hacíamos los niños y jóvenes de la época se le podía ver a ella recolectando frutas silvestres que eran común en Don Juan.

Al día de hoy hay jóvenes y adultos que no conocieron, lo que para nosotros era un entretenimiento, comer en los caminos y veredas, «maricao y jicaco», dos pequeñas frutas silvestres que a lo mejor ya no existen. Posiblemente ella, esa jovencita de esa época que creció con ese amor a la naturaleza la llevarán años más tarde a una epopeya y una lucha por el medio ambiente.

Y ya en la etapa de adolescente ella junto a los jóvenes que comenzamos con la efervescencia de crear bases sociales, había un gran movimiento clubistico en el país, y era una manera de los jóvenes refugiarse en actividades sociales en un momento socio-político del país con un complejo sistema democrático.

Para eso tiempos, a finales de los años 60 y comienzo de los 70, se había formado en el municipio de Monte Plata el Instituto Promocional Padre Arturo (IPPA), por medio de una relación de amistad entre Juan Rivera y Agustín Aquino fuimos invitados a una reunión, donde participó esa joven y otros hombres y mujeres del pueblo.

Debo decir que ese IPPA, aún existe y está vigente. Cuando regresamos a Don Juan, con gran algarabía y entusiasmo por la charla que nos dio el padre Arturo Casilla y nos enseñó que era el IPPA y cuáles eran sus propósitos, ella y los demás jóvenes que estuvimos en la reunión inmediatamente comenzamos a formar el IPPA aquí en Don Juan e iniciamos con una directiva donde ella fue la principal organizadora y parte de la directiva, a pesar de ella ser de poco hablar tenía gran liderazgo y decisiones firmes que todos acatábamos. Ya teníamos una organización social, y, comenzamos a hacer actividades sociales para recaudar fondos para futuros proyectos que teníamos.

Esa de quien hablamos, era polifacética, era actriz, poetiza y cantante. La primera actividad era montar una velada o pequeñas obras de teatro improvisado, algunas eran dramas, declamación de poesía, entre ellas de Pablo Neruda, y canciones donde ella siempre se destacaba.

Las presentaciones se hacían en la escuela que estaba donde hoy está el hospital; es imposible olvidar una de las canciones que ella cantaba, «Cuesta Abajo» del maestro Carlos Gardel, y fue tanta la emoción, la pasión que puso al cantarla que hubo en el aula un silencio sepulcral, mientras cantaba todos los presentes aplaudimos y pudimos ver personas mayores brotar lágrimas igual que hizo ella mientras cantaba.

De esa misma forma continuamos con nuestras actividades sociales, entre ellos un programa para construcción de la escuela nueva, que estaba obsoleta y con un gran deterioro, comenzamos con la recaudación además de fondo pedíamos «Un Block para la escuela» , recorrimos toda la sección de Don Juan, para esa época Don Juan sólo una sección del municipio de Monte Plata estaba compuesta por Frías, Guinda Espuela, Los Cerros, Los Capaces, Galindo -que era el centro de Don Juan- además de Sabana del Río, Los Galanos y Manga que eran campos de caña del Ingenio Río Haina.

Con ese proyecto que realizamos cuando se autorizó la escuela Enriquillo ya la mayoría de los Block que se utilizaron fueron los que recolectamos por medio de nuestra organización el IPPA. No debo terminar este relato sin decir que la siguiente generación de jóvenes dirigidos por Manuel Moreno continuamos con una gran labor socio-cultural con muchos frutos al servicio de la juventud y que él fue un promotor de la cultura y el deporte.

Otro de los proyectos que pusimos en marcha en el IPPA, fue una idea de esa joven visionaria, con los fondos recaudados con las actividades artísticas se adquirieron 5 máquina de coser y montamos un taller de costura donde ella era la encargada y entrenadora con lo cual muchas mujeres jóvenes y adultas aprendieron a coser.

A finales de los años 80 y comienzo de los 90 esa luchadora, esa visionaria rememorando la belleza de la naturaleza de Don Juan, los caudales de ríos, arroyos y cañadas de su juventud ya siendo ella una señora profesional de la educación, inicio una lucha para crear conciencia de lo que ella veía y nosotros tal vez no veíamos, el río Ozama moribundo y el arroyo Manga en estado agónico.

Con ese dibujo que ella hizo y esa poesía que también escribió comenzó a tocar puerta para que las personas de mayor influencia vieran la necesidad de la protección de los ríos, de las aguas, de la floresta. Visitó las autoridades de la provincia en su clamor por la naturaleza que se estaba destruyendo, algo que hirió más su sensibilidad fue cuando comenzó la explotación de la loma de Sierra Prieta, en esa época visitó la Secretaría de Agricultura buscando respuestas, la recibieron en departamento de fauna y flora lo que hoy es el Ministerio de Medio Ambiente, quedó satisfecha no por las respuestas que nunca tuvo, pero si por el deber cumplido.

Ella era, una prima de mi madre. Ella es la extinta, Ramona De Jesús Moreno, nuestra querida Tica, olvidada por muchos, pero recordada por los que compartimos con ella la formación en Don Juan de una nueva juventud, la recordamos todos los que creamos por medio del IPPA la primera organización de la sociedad después de la dictadura de Trujillo, la recordamos lo que iniciamos la construcción de una escuela y una educación moderna en Don Juan, Tica estará presente en todos los aspectos de la sociedad de nuestro pueblo.

Al finalizar este relato le envío una pincelada de afecto a sus hijos, especialmente a Janina Rosa De Jesús, a quien he aprendido a querer y admirar porque igual que su madre es una visionaria y una emprendedora, bendiciones…

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